Carta de un virus a los profesionales sanitarios

Killer_Virus

Estimados Profesionales de la Salud:

El motivo de la presente es para comunicaros que estoy en completo desacuerdo con vuestra manera de actuar.

Pero, ¿qué ha pasado estos últimos años? ¿dónde quedaron esos médicos que recetaban antibióticos para tratar un catarro? ¿por qué ponéis tanto interés en la higiene de manos y estornudar para otro lado?, nuevas recomendaciones, más profilaxis, pegajosas soluciones que desinfectan vuestra piel, finalmente ¿qué buscáis? ¿aniquilarnos?

Aunque soy un incomprendido y romántico virus que sueña con la utopía de un mundo viral, con derecho para circular libremente por vuestro medio y atravesar fronteras sin necesidad de saltar muros. Vosotros sólo me veis como un microorganismo complejo recubierto de una capa de proteínas, de ridículo nombre y que debe ser destruido.

Nos sentimos acosados, perseguidos, estrangulados por la industria farmaceútica, que se empeña en ganar dinero a nuestra costa. Invierten millones para investigar nuevas vacunas y tratamientos antiretrovirales. Hace unos años lanzaron una campaña con el beneplácito de la OMS y la complicidad de algunos gobiernos para comercializar masivamente el ©Tamiflu, con la intención de tratar preventivamente cualquier estornudo, lo vendían como rosquillas, ganaron muchísimo dinero y nosotros no percibimos ¡ni un solo euro!

Y que decir del personal de enfermería, sicarios que llevan acabo el plan perfecto para erradicarnos, empuñan el arma que os inmuniza contra nosotros, niños protegidos de enfermedades olvidadas, ¡es que no tenéis corazón!. Siempre tan limpitos, con sus batas blancas, formando una parte principal de esas horrorosas campañas de vacunación que esterilizan nuestra posibilidad de reproducción, por suerte todavía quedan profesionales sanitarios que nos tienen estima y haciendo caso omiso de las recomendaciones, no caen en la trampa de vacunarse contra la gripe, muy bien hecho, ¡que no se corte la cadena! ¡contagiar a los pacientes! ¡ausentaros de vuestro trabajo! ¡propagar la enfermedad!

Ni en el cine nos dan un respiro, siempre empezamos con buen pie las películas pero acabamos mal por culpa del guaperas de turno o la incomprendida médica que desde una sudamericana selva tropical encuentra a última hora esa cura que estropea nuestro final feliz. Así nunca estaremos nominados a los Oscar. Maldito CDC de Atlanta. Sólo deseo que los guionistas de Walking Dead nos honren desvelando al final de la serie que somos los responsables de la pandemia de zombies que mantiene en vilo a millones de televidentes pegados a un sofá. Y digo yo, ¿quiénes son los zombies? ¿los caminantes de la serie o los que dormitan sentados en un sofá?, ¿qué hace más daño? ¿una gripe o una epidemia de sedentarismo y obesidad?.

Por suerte, sabemos que la salud de una población va de la mano con su desarrollo económico, y tal como está el patio, con una política repleta de recortes en vacunas, I+D, suministros, profesionales, servicios y exclusiones del sistema sanitario, nos dejan una puerta abierta y nos permiten seguir soñando.

Sin otro particular, reciban un cordial saludo, que por supuesto, facilite la propagación de esta carta, que no es sólo una queja informal de un particular virus sino una sarcástica visión de una realidad que a todos nos afecta.

[Agradezco a la doctora Mónica Lalanda por permitirme publicar la imagen de uno de sus originales dibujos]